No hubo curiosos nadie lloró, intercambiaron unas palabras y cada uno siguió
su camino como si nada hubiese pasado
mientras que yo quedé desconcertado y sin entender nada. La última vez
que me le atravesé a un motorizado intentado cambiarme de canal en la autopista
Francisco Fajardo recibí un par de golpes en el capó de mi carro en combo con
insultos que jamás llegué a descifrar. Pareciera que si un conductor atraviesa su carro en la vía de las
motos las consecuencias pueden llegar hasta robo o atraco , o con un poco de suerte, una simple arrancada de retrovisor.
Claro que si el motorizado ha
tenido un buen día no pasará de
unos insultos. Pero si el incidente de un motorizado es con otro motorizado
el pecado es tan venial como el que miente para no ofender. Cada uno de ellos
se vuelve más pacífico que Gandhi y es capaz de poner la otra mejilla si es
necesario
Los motorizados fueron tan sabios al crear su
sistema de leyes que dentro de ellas no cabe otra interpretación posible mas
que la correcta. Como no están escritas en ninguna parte ni se publican en
ninguna gaceta no hay de donde agarrarse al momento de cualquier discusión.
Cuando se escucha el eco de una corneta es porque viene uno con su nave entre carro y carro y ni se te ocurra
cambiarte de canal. Semáforo en rojo en el momento en que no vengan más carros
pasa automáticamente a verde. Y
una muy importante entre el código no escrito de motorizados , si algún
motorizado hace fuerte contacto con algún carro y entonces cae al suelo, todas las unidades en transito cercano
deben acudir al rescate de su camarada.
Montando moto se disfruta mucho más el viaje
que manejando, manejar fastidia, cansa y aburre. En moto se quita uno de encima
el tráfico, se siente más el contacto con la ciudad, y aunque se queman pocas
calorías el esfuerzo del piloto es infinitamente mayor que el que va en un
carro sentado. La motos no contaminan el aire, consumen poca gasolina, alivian
el problema del estacionamiento y no deterioran las vías. Si en Caracas se
cumplieran un poco más las leyes (las de verdad) entre los motorizados
seguramente muchos más se entusiasmarían a usar la moto y tendríamos menos
carros y menos tráfico. Lástima que por culpa de un pequeño grupo de salvajes
montar moto en esta ciudad es una actividad que el que la hace sabe que va bajo
su propio riesgo.