sábado, 19 de julio de 2014

¿Y será que Pinochet mando a hacer un plebiscito para perderlo?

En el cine no solo cuentan los diálogos, más que contar una historia - para eso están los libros- el cine busca reproducir una realidad. Cuando esa realidad logra hipnotizarnos es imposible que ciertas imágenes y conversaciones no se queden grabadas en la memoria por mucho tiempo sin que uno  sea capaz de controlarlo.

                La película chilena NO de Pablo Larraín cuenta la manera como terminó la dictadura de Augusto Pinochet  a finales de los años 80. NO, mas allá de contar el final de una dictadura, reproduce los momentos de una lucha que se creía perdida desde mucho antes de ser empezada.  Basada en la historia contemporánea de Chile, es la historia de una campaña publicitaria que puso a temblar a un régimen militar.

Aunque la dictadura de Pinochet tuvo muchos elementos en común con la venezolana de hoy  (miedo, injusticia,  represión,  engaño,  etc.) esta podía jactarse de un éxito económico real que en Venezuela estamos a años luz de lograr.  Pero el bienestar  de un país no se mide con cifras económicas.

Enfrentarse a una dictadura no es tarea fácil, engolosinados con el poder los dictadores requerirán a cualquier medio para no soltarlo. Por eso la lucha en la resistencia requiere de altas dosis de perseverancia, valentía y creatividad. No es solamente luchar contra un estado todo poderoso, es enfrentarse a enemigos  internos para poder lograr una perfecta unidad y estrategia común.

Dos años después de ser producida NO  le sigue hablando a la Venezuela de hoy: en política todo es impredecible  y  no hay nada escrito, del poder de las mayorías oprimidas, de que no existen las soluciones mágicas, que la salida pacífica es una alternativa factible y real, que el ventajismo se puede combatir, que un resultado electoral muy evidente no se puede ocultar   y muchas otras cosas más.


Todo lo mencionado es cierto siempre y cuando exista un factor  indispensable, complejo y aunque no imposible, difícil de lograr,  LA UNIDAD    

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