lunes, 16 de noviembre de 2015

La última navidad de Nicolae

Hace no mucho, como unos 30 años, existía un dictador llamado Nicolae Ceausescu (Nicolae no Nicolás), el cual no tenía la menor preocupación por el pueblo que gobernaba.  Era la Rumania comunista de antes del muro de Berlín.
El señor Ceucescu destinaba el dinero del erario público para construirse enormes mansiones forradas de mármol  con el mayor lujo, derroche y nuevoriquismo posible,  mientras que su pueblo sufría y pasaba hambre. El miedo era tal, y el nivel de represión tan fuerte que si algún camarógrafo en algún acto oficial se le ocurría retratar a la primera dama en un ángulo en el  que se notara mucho su asquerosa nariz, este podía ir preso o muerto según el ánimo de Helena, la esposa de Nicolae, quien por lo visto no era muy agraciada y quería aparentar lo contrario. (No, no es el caso venezolano)
Dicen que en territorio rumano la temperatura jamás bajó de 10 grados. Ni siquiera en invierno cuando nevaba. La razón es muy sencilla, al dictador no le daba la gana. En uno de sus ataques de locura, al hediondo se lo ocurrió vender electricidad a Italia y Alemania  para demostrar que su modelo de gobierno funcionaba y que les sobraba energía hasta  para vender a otros países. Pero en realidad  la energía apenas les alcanzaba para alumbrar algunas calles,  entonces para poder exportarla tuvo que racionar lo poco que producía con una brillante decisión: por ley no se podía prender la calefacción a menos que la temperatura bájese de 10 grados. Y así, aunque estuviera nevando el termómetro  oficial no podía marcar menos de 10. Miles de ancianos murieron de hipotermia al no poder resguardarse del frío en el invierno.
Pero el futuro siempre es incierto y Nicoloae nunca pensó que iba a entregar el poder antes de cumplir los 70 años.  La humillación que padecía el pueblo rumano con una de las dictaduras más feroces de Europa del este acabó el día de navidad. El 25 de diciembre de 1989, casi un mes después de la caída del muro de Berlin, fueron ejecutados la pareja de dictadores juzgados por genocidio entre otros cargos. Dos meses antes nadie jamás hubiesen adivinado que esa iba a ser su ultima Navidad.
Cada vez que recorro Caracas en la noche, oscura,  y con la mitad de los postes de luz funcionando recuerdo la Rumania de Nicolae. Este 6 diciembre pude ser la oportunidad para que los venezolanos terminemos con tanta humillación, depende de nosotros organizarnos y cuidar los votos.  No será fácil pero estoy seguro que en Venezuela lograremos recuperar nuestra dignidad, y ser referencia en latinoamerica como lo fuimos antes.
@pedromanceras


No hay comentarios:

Publicar un comentario