miércoles, 10 de septiembre de 2014

Pasado , presente y futuro; Venezuela




" Dígale a Fidel Castro, que cuando Venezuela necesitó
 libertadores, los parió , no los importó"
Romulo Betancourt


Hoy, en este momento, me parece que el peor mal que nos consume a los venezolanos, es no poder imaginarnos ni en el corto ni en el mediano plazo un cambio de rumbo que nos conduzca hacia un futuro mejor. El cansancio, el desgaste de una lucha que ya lleva demasiado tiempo, y la sed de justicia hacen que nuestras reservas de moral colectiva estén por debajo de niveles tolerables. Ahogados en un mar de malas noticias, los venezolanos no nos quitamos a Venezuela ni un solo segundo de encima, así huyamos físicamente de ella, ella no huirá de nosotros.  En tiempos difíciles que enfrentamos, tenemos que dar la talla y recordar el gran país que fuimos, recordar que hace no mucho tiempo miles de inmigrantes encontraban un destino mejor en este país, que mientras Latinoamérica estaba llena de dictaduras aquí la democracia se ejercía libremente, que el salario alcanzaba, la clase media se expandía, y que la pobreza era un mal curable del que mucha gente salió, que PDVSA llegó a ser una empresa modelo, de las más  grandes del mundo, los colegios públicos funcionaban y tenían buen nivel  así como las universidades públicas que derrochaban excelencia sin costar un centavo , la seguridad existía, y una lista larga de muchas otras cosas más.

Se cometieron errores, el modelo económico falló, llegamos a donde estamos hoy, pero es importante que en vez de alzar la cabeza para mirar lo que pasará más adelante miremos hacia atrás para recordar lo que fuimos, y nos concentrarnos en cómo podemos aportar para que la situación mejore. Nuestro aporte, por modesto que sea - por ejemplo dejar de insultar a los oficialistas que sufren como nosotros los mismos males -  puede servir para derrumbar las bases sobres las cuales se sostiene este grupo hediondo de enchufados.
        
           ¿La situación mejorara?  Quizás, no se  sabe,  el mundo es complejo e impredecible y nadie tiene derecho a hacernos creer que no pueda suceder. Mientras tanto no podemos dejarle libre el camino a quienes les interesa una Venezuela hundida en la pobreza y en la ignorancia para quedarse ellos con el poder.









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